lunes, 17 de agosto de 2015

El mate y sus consecuencias

El mate. Todo un ritual. Obviemos todo el tema de cómo se debe preparar y de cuáles son las reglas no escritas sobre cómo deben comportarse en cada momento las personas que participen en el acontecimiento. Eso que lo explique mejor una argentina o uruguaya, bo. Yo prefiero centrarme en dos puntos claves de utilidad para cualquier ser viviente que decida abrazar el consumo de este brebaje: En primer lugar las conversaciones infinitas plagadas de revelaciones provocadas por compartir bombilla (que no es un micrófono, así que pasálo ché) y en segundo el grado de excitación mental que se puede alcanzar tras una tarde de mate (las autoridades sanitarias advierten moderación en su consumo pasado el mediodía). Comencemos. 

1. ¿De qué se habla cuando se comparte el mate? De nada y de todo. Sin ton ni son. Los temas se van sucediendo como las manijas del reloj siguen su curso sin que nadie les preste atención. Tras rellenar el termo varias veces (a 80ºC, QUE A NADIE SE LE OCURRA HERVIR EL AGUA) la charla se va intensificando, pues el mate es un excitante muy efectivo. Sin darte cuenta estás yendo al baño cada cinco minutos y con los ojos cada vez más abiertos. Ni hablemos de la actividad mental. A partir de aquí es cuando empiezan las revelaciones. Todo fluye, todo cobra sentido. El mundo es maravilloso. O una reverenda mierda. Pero todo muy sentío. Porque el mate es así, te aflora las pasiones. No entiende de medias tintas. 

2. Niveles de excitación. El mate pega fuerte, pero lo hace de a poco. Es una hierba sibilina. Te va engatusando con su sabor amargo adictivo. Un poquito más. Voy a seguir tirando de la bombilla que seguro que queda todavía (si hace ruido no sigas sorbiendo, que se lava). Sin darte cuenta ya estás en la mierda. Son las 9 de la noche y continúas bebiendo. Esta noche no duermes, y lo sabes. Tu mente tiene una actividad frenética (entre pipí y pipí, porque te desorinas a chorros constantemente). Visualizas la larga noche que te queda por delante y la afrontas con paciencia y buen talante. Llegarán las tantas de la madrugada y estarás tumbada bocarriba en la cama sin poder cerrar los ojos.

Hasta aquí una primera aproximación al mundo Mate. Mis disculpas a argentinos ché y uruguayos bo por los posibles gazapos mateísticos que haya podido cometer, solo soy una malagueña primeriza enamorada de esta bella costumbre.

Buenas noches, voy a tumbarme a mirar el techo.

.- La Cafetera

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