domingo, 13 de septiembre de 2015

eres Mayúscula

Eres alta y delgada, con una melena ensortijada color azabache.  Eres un par de ojos achinados y manos curtidas. Caminas con seguridad y hablas más con el cuerpo que con las palabras. Eres una tormenta tronando con furia, pero tu compañía es como un oasis en el desierto. No tienes vergüenza. Tu sino es la valentía. Eres como eres, auténtica, y a quien no le guste que no mire. Eres leal, muchas veces más a los demás que a ti misma. Eres sufría y cabezona como ninguna persona sería capaz de serlo. Eres una niña herida que ha sabido convertirse en una mujer confiada. Eres la capacidad del cambio y la "reinvención".  Eres pragmática, eres sincera. 
Eres Mercedes, una mujer inspiradora. 

Feminismo a pie de calle, 
feminismo en cada vida anónima, 
feminismo en cada mujer inspiradora.

.- La Cafetera

lunes, 17 de agosto de 2015

El mate y sus consecuencias

El mate. Todo un ritual. Obviemos todo el tema de cómo se debe preparar y de cuáles son las reglas no escritas sobre cómo deben comportarse en cada momento las personas que participen en el acontecimiento. Eso que lo explique mejor una argentina o uruguaya, bo. Yo prefiero centrarme en dos puntos claves de utilidad para cualquier ser viviente que decida abrazar el consumo de este brebaje: En primer lugar las conversaciones infinitas plagadas de revelaciones provocadas por compartir bombilla (que no es un micrófono, así que pasálo ché) y en segundo el grado de excitación mental que se puede alcanzar tras una tarde de mate (las autoridades sanitarias advierten moderación en su consumo pasado el mediodía). Comencemos. 

1. ¿De qué se habla cuando se comparte el mate? De nada y de todo. Sin ton ni son. Los temas se van sucediendo como las manijas del reloj siguen su curso sin que nadie les preste atención. Tras rellenar el termo varias veces (a 80ºC, QUE A NADIE SE LE OCURRA HERVIR EL AGUA) la charla se va intensificando, pues el mate es un excitante muy efectivo. Sin darte cuenta estás yendo al baño cada cinco minutos y con los ojos cada vez más abiertos. Ni hablemos de la actividad mental. A partir de aquí es cuando empiezan las revelaciones. Todo fluye, todo cobra sentido. El mundo es maravilloso. O una reverenda mierda. Pero todo muy sentío. Porque el mate es así, te aflora las pasiones. No entiende de medias tintas. 

2. Niveles de excitación. El mate pega fuerte, pero lo hace de a poco. Es una hierba sibilina. Te va engatusando con su sabor amargo adictivo. Un poquito más. Voy a seguir tirando de la bombilla que seguro que queda todavía (si hace ruido no sigas sorbiendo, que se lava). Sin darte cuenta ya estás en la mierda. Son las 9 de la noche y continúas bebiendo. Esta noche no duermes, y lo sabes. Tu mente tiene una actividad frenética (entre pipí y pipí, porque te desorinas a chorros constantemente). Visualizas la larga noche que te queda por delante y la afrontas con paciencia y buen talante. Llegarán las tantas de la madrugada y estarás tumbada bocarriba en la cama sin poder cerrar los ojos.

Hasta aquí una primera aproximación al mundo Mate. Mis disculpas a argentinos ché y uruguayos bo por los posibles gazapos mateísticos que haya podido cometer, solo soy una malagueña primeriza enamorada de esta bella costumbre.

Buenas noches, voy a tumbarme a mirar el techo.

.- La Cafetera

jueves, 6 de agosto de 2015

Desde las entrañas

Las acciones de puertas hacia fuera parece que surgen de la nada. Una noche te acuestas tras haber cenado un sándwich mixto y a la mañana siguiente desayunas un pitufo con tomate y mitá con leche de soja. Ya no quieres comer mas animales. Una tarde vas paseando y acabas sentada en una peluquería sentenciando: Quiero cortarme el pelo. Corto corto. De niña mala cuqui, por favor. 

Este último año ha sido difícil, turbulento, montaña rusa. He luchado por levantarme cada mañana de la cama. He buceado en lo más profundo de mi ser para volver a encontrarme. Y no lo he hecho. No hay un "yo" como el que solía ser, y eso es lo mejor que me ha podido pasar. He aprendido a disfrutar de la reflexión, de los diálogos conmigo misma. A veces resulta difícil mediar un debate interno, pero cuando se despejan incógnitas y se sacan conclusiones ocurre la magia, y yo soy una muggle convencida de que todavía llegará mi carta. 

A menudo he pensado "¿Cómo era yo?" "¿Quién era?" y me sorprendía pensar en mí misma como si de otra persona se tratara, porque no era capaz de conectarme con una Claudia remota, ni imaginarme otra Claudia posible. Hasta que un día, como si despertara de una larga siesta de verano, me di cuenta de que ya no soy quien solía ser. Así que decidí dejar de comer animales para empezar a ser coherente con mis convicciones. Porque aunque el cambio llegue de un día para otro, las convicciones van depositándose poco a poco en cada cabeza hasta que llega la determinación para actuar.

Meses después de este primer paso me corté el pelo. Pareció una locura que había hecho sin pensármelo dos veces. En cualquier caso fue liberador. Un simple cambio de aspecto. La toma de conciencia definitiva de mi cuerpo (por ahora).

Ya no tomo café en casa, es un placer del que prefiero disfrutar en momentos puntuales. Son los pequeños cambios los que gestan grandes revoluciones. Y yo me encuentro inmersa en la mía particular. 


.- La Cafetera